La pandemia de coronavirus no solo puso en pausa muchos tratamientos vinculados a la salud, sino que, además, hizo que se postergaran tareas de mantenimiento que son importantes para evitar accidentes. Ese es el caso de los ascensores de los edificios.
Desde la llegada del Covid-19 y por efecto de las restricciones laborales y sanitarias, sumada a la complicada situación económica de muchas administradoras y empresas, la normal actividad de inspecciones y arreglos de los ascensores se ha visto alterada. La postergación de los trabajos de reparación o modernización de los ascensores y montacargas podrían provocar a futuro un incremento de los deterioros, afectar su funcionamiento y hasta producir graves accidentes.
Se realizan millones de viajes por día y por eso es necesario que vecinos y administradores tomen conciencia de la situación, porque los siniestros pueden ocurrir en forma impensada y luego es tarde para lamentarse.
En ese sentido explicó que los tres principales motivos que luego generan los accidentes son la falta de mantenimiento; la falla de materiales por envejecimiento o roturas y el uso inadecuado por parte de los usuarios.
La normativa del Código de Edificación establece requisitos de acreditación, de conservación y de periodicidad de las inspecciones, pero en situaciones anormales, como de profunda crisis económica o de pandemia algunas de estas cuestiones dejan de ser prioritarias porque la gente no toma conciencia del peligro que representa subir a un ascensor con puertas deterioradas o equipos obsoletos. Subirse a un ascensor, que puede elevarse 10, 20 o 30 pisos, que no tenga las revisiones y actualizaciones pertinentes de rutina, es como subir a un colectivo o tren al que no se le revisan los frenos o no se le cambian las ruedas en 5 años.