Lionel Messi es un muchacho muy callado, dice Pedro Pablo Bonilla. “Hay que sacarle las palabras por lo tímido que es”.
Especial para El País
Pedro Pablo Bonilla Ospina es un caleño de 46 años que pasó de estar cerca de la muerte por tres atracos que le hicieron en su tierra natal, a viajar desde hace una década en el mismo avión con las estrellas del Barcelona por todas las ciudades y países donde se presente el poderoso equipo catalán.
Bonilla nació en Siloé y creció en el Distrito de Aguablanca; la construcción en su juventud fue su principal arma para gambetear las grandes dificultades económicas que a diario se presentaban en el hogar conformado por don Pedro Pablo y doña Delia, además de sus otros cuatro hermanos.
Cuando apenas comenzaba a devengar algo de dinero fue víctima de un atraco en el kilómetro 30. A los pocos días, en Siloé, sufrió un intento de fleteo que por fortuna controló la policía, y como para seguir con su mala suerte, en la 15 con 34 lo despojaron de un carro que conducía en el momento de llevar materiales para su trabajo.
“No lo pensé dos veces; después de esos incidentes tan malucos porque en el primer atraco me tuvieron amarrado, decidí dejar el país hace 17 años; y opté por venir a Barcelona. Llegué con 300 dólares en el bolsillo, dos pantalones y dos camisas. No me esperaba nadie porque no conocía a nadie”, recuerda.
Trabajar en lo suyo, la construcción, fue su primera tarea para no morir en el intento de forzar un futuro para él y para su esposa y su hijo que se habían quedado en Cali.
“Tuve la suerte de dar con un arquitecto que me dio trabajo y me ayudó con el tema de papeles; coincidió eso con el ‘boom’ inmobiliario que se vivía en Cataluña, y la verdad es que gracias a Dios me fue bien”.
Tan bien, que al cabo de un corto tiempo Pedro Pablo decidió independizarse y montar otro negocio, el de la instalación de ascensores en espacios reducidos.
“Acá en Cataluña vi que había muchos edificios antiguos que no tenían ascensor; idee la forma de instalarlos, monté mi empresa y tuvo mucha acogida; eso me ha dado para darme a conocer en casi toda Barcelona y para vivir bien al lado de mi familia”.
A la par de los rápidos progresos en su vida cotidiana, crecía en firme la idea de hacer realidad otro sueño: ser socio del Barcelona y participar de una de las tantas peñas del equipo catalán.
“Entré como socio de mi primera peña barcelonista en una de Japón, una vez que viajé con el equipo a ese país. En Barcelona hago parte de la peña Bodega Joan Gamper, y dentro de poco iré a Cali para instalar la primera peña oficial del Barcelona en Colombia que es la ‘Peña Barcelonista Cafetera de Cali’, que nació en Roldanillo, pero se instalará en Cali”, dice Pedro Pablo.
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Siendo socio y abonado del equipo catalán, además de miembro de una peña, tiene el privilegio —desde hace diez años— de viajar con el equipo a todas las ciudades de España donde juegue, o a cualquier país europeo donde el elenco ‘culé’ actúe.
“Para viajar con el Barcelona hice la solicitud a la agencia de viajes del equipo; ahí piden unos datos, uno paga y luego viaja a cualquier parte del mundo. En el avión siempre hay 80 plazas. Tengo mi plaza disponible para todos los partidos”, dice Bonilla.
Los gastos por viajar en el mismo avión con uno de los equipos más poderosos del mundo, sin embargo, son para tener en cuenta.
“Un viaje de liga vale 355 euros. Va uno y regresa el mismo día. Yo tengo mi plaza en la próxima temporada de Champions y eso puede costar 1300 euros que incluye la entrada, hotel, transporte del aeropuerto, un tour por la ciudad y entrada al estadio”.
Pero, ¿qué derechos tiene en el avión con los jugadores del Barcelona?
“Uno toma fotos o hace videos. Hay un pasillo y uno puede estar ahí para que le firmen camisetas. De todas maneras hay unas reglas que se deben cumplir porque hay personas de seguridad a bordo”, señala.
De tanto viajar con las figuras del Barsa, Pedro Pablo Bonilla tiene toda clase de recuerdos, siendo las camisetas su mayor tesoro.
“He ido con el Barcelona a unos 26 países. Me reconocen todos los jugadores porque son diez años viajando. Aleix Vidal es uno con los que la llevo bien, tengo las camisetas de todos firmadas, además de bufandas y pines”.
De tanto compartir con las estrellas, las conoce tanto que se anima a describir a varios de ellos.
“A Messi lo conozco desde que debutó y he viajado con él a todos los partidos. Podría decir que todos los títulos que tiene él, los tengo yo también como viajero. Messi es un muchacho noble, lo que pasa es que es muy tímido y reservado. Él responde si lo saludan, es de esas personas a las que hay que sacarles las palabras”.
De Neymar: “Es muy suelto, es joven y tiene toda la fama del mundo. Es fiestero como todo joven, se divierte y con él viajan algunos amigos y familiares para sentirse mejor”.
Y de Guardiola manifiesta que “es como se ve, no cambia mucho, es muy suyo, muy catalán, es de esos que para entregarle su amistad a la gente lo hace de corazón. Es estricto en su trabajo”.
Tiene infinidad de anécdotas, pero recuerda con especial cariño una que sucedió hace varios años. “Regresábamos a Barcelona después de ganarle 6-2 al Real en Madrid, y en el avión le dimos una pelotita a Xavi. La sorpresa fue que en el siguiente viaje Xavi nos regresó la pelotita, pero firmada por todos los jugadores. Fue un lindo gesto y un gran detalle”, reconoce.
Y seguramente vendrán más anécdotas, fotos y viajes al lado de varios de los jugadores más importantes del mundo. Porque a Pedro Pablo Bonilla la vida le cambió para bien. De salir huyendo de la violencia de su natal Cali, hoy tiene el privilegio de codearse y compartir con Messi y compañía.
Pedro Pablo Bonilla regresará a Cali para oficializar la primera peña del Barcelona en la capital del Valle, con algunos socios de Roldanillo.
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